Los Cuatro Talismanes by Yasmin Maciel Enseif

autor:Yasmin Maciel Enseif [Enseif, Yasmin Maciel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela
editor: Yasmin Maciel Enseif
publicado: 2016-04-25T22:00:00+00:00

— ¿Cómo te sientes? —, escuché sobresaltándome.

— ¡Al fin podemos hablarte! — Otra voz, pero esta vez más jocosa.

— ¿Quiénes son? —, pregunté buscando el origen de estas voces entre el caos y la confusión que había a mi alrededor.

— ¡Nosotros! Si ya nos conoces —, la misma voz jocosa me contestó. Estaba confundido, adolorido, mareado y lo peor era que no sabía quiénes eran los que me hablaban. ¡No estaban por ninguna parte!

— No te preocupes, ya nos recordarás —, intentó calmarme la primera voz que escuché. — Prepárate porque dentro de poco vas a sufrir un quiebre muy profundo en tu vida y, a partir de entonces, nada va a ser como antes. Intenta dominar a tu Ente: debes unir tu Núcleo Espiritual y el suyo y, para eso, tienes que alejarte de todo lo que conoces y de todas las personas. Pronto te explicaremos mejor esta nueva etapa de tu vida.

Y, así sin más, dejaron de hablarme.

Confuso y aturdido como estaba, sólo podía tener una línea de pensamiento a la vez, pensé que debía seguir al pie de la letra lo que esa voz me había dicho. No sabía por qué, pero empecé a presentir que era muy necesario que lo hiciera y después me entró la urgencia por hacerlo.

— ¡Eh! ¿A dónde crees que vas?

— No sé.

— Vamos, no te puedes ir así como así. Después de tanta hecatombe no te puedes ir y dejarlo todo como está. ¿Quién va a ordenar, si no? — Ya no escuchaba nada, era como un autista. — ¡Eh! ¿Qué haces? ¡No te vayas! ¡Eh!

Realmente era una etapa crucial, interiormente me felicitaba por haberle hecho caso a esa misteriosa voz. Estaba atravesando por una peligrosísima etapa en la que estaba expuesto a cualquier tipo de ataque; tenía cambios de humores tan profundos y marcados que, por lo general, terminaba apesadumbrado y muy agotado por pelear contra mí mismo. Así que, en ese estado, me crucé todo un bosque.

Estaba solo pero no me sentía mal, era libre de toda cadena y era capaz de ser verdaderamente yo. Ya no era un ciudadano que tenía que actuar de tal o cual manera, no era más aquél que tenía una Misión Espiritual y que debía proteger a los que más pudiera, ni siquiera era alguien con un propósito en la Tierra. En ese momento sólo era un ser humano con vida que disfrutaba de estar entre la naturaleza salvaje sin más compañía que él mismo.

— ¿Cómo puedes ser tan cruel con nosotros? —, me retó la voz jocosa de antes.

— ¿Qué? ¿Dónde te encuentras, quién eres?

Un suspiro.

— ¡Cómo me decepcionas! ¿Para qué absorbiste a tu Ente y armaste una terrible revolución en la Conciencia Kósmica? ¡Claro, para olvidarte de nosotros!

— ¿Maestro?

— Así es. Veo que tu memoria está volviendo poco a poco. Espero que también recuerdes que nunca te encontrarás solo... y mucho que menos ahora que hay un ser dentro de ti.

— Por favor, le ruego que me explique qué fue lo que ocurrió y qué es lo que a mí me está ocurriendo, y qué.

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